LOS ALUMNOS NUNCA HAN ESTADO MEJOR PREPARADOS QUE AHORA

Joaquín Moreno Cejuela
Álvaro Marchesi, Secretario General de la OIE, está considerado como el “Padre de la LOGSE” y uno de los principales responsables de la legislación educativa española actual. A la vista de los últimos resultados del informe PISA se le han hecho múltiples entrevistas para conocer su valoración. Resaltamos un extracto de la realizada por ROSA M. RUIZ durante un encuentro en Santander. De ella destacamos dos afirmaciones que nos parecen, por lo menos, sorprendentes. Los alumnos nunca han estado mejor preparados que ahora”. “En España somos más exigentes con los alumnos que en el resto de Europa. A la luz de estas declaraciones parece que son infundadas las reticencias que muchos manifestamos sobre el sistema educativo español. Entresacamos algunas preguntas de la entrevista.

P.- Según el Informe PISA, los estudiantes españoles siguen muy por detrás de los europeos.
R.- Hemos progresado en la misma medida que lo han hecho los demás. No hemos retrocedido y conviene tener en cuenta que hay que esperar décadas para comenzar a ver los resultados de los cambios en la educación y que estos, además, están muy influidos por el contexto sociocultural y la distribución de la población. De hecho si se fija en el informe, aunque en España todas las comunidades se rigen por la misma ley, hay grandes diferencias entre las del Norte y las del Sur.

P.- Pero hay muchos repetidores.
R.- Es preocupante, pero eso demuestra, en contra de lo que se venía diciendo en los últimos años, que en España somos más exigentes con los alumnos que en el resto de Europa. Todavía recuerdo cuando se aseguraba que en este país los alumnos pasaban de curso sin control. Lo llegaron a llamar promoción automática porque había una tendencia a pensar que éramos poco exigentes.

P.-Pero sí parece que se exige menos, si hasta se ha quitado el cero de las calificaciones escolares.
R.- Estoy completamente en contra de eso. Aunque sí comparto que ahora hay una crisis de autoridad en las aulas, puedo asegurar que España es uno de los países cuyos alumnos tienen más deberes, más controles y que más horas dedican a las actividades escolares. Nunca los alumnos españoles han sabido tanto como ahora.

En muchas ocasiones el no avanzar es retroceder. En educación esto es evidente. No se pueden considerar positivos unos resultados que nos colocan por debajo de la media de la OCDE y por detrás de otros países que, tradicionalmente, se han considerado menos avanzados que España. En educación no podemos engañarnos como hacen los dirigentes políticos al interpretar los resultados electorales: Todos han ganado. En este examen comparativo con otros países, el nuestro sigue sacando suspenso, se mire como se mire. El Sr. Marchesi sabe que ya llevamos varias décadas esperando y la perspectiva para muchos de los que estamos enrolados en el sector de la enseñanza, no es más halagüeña.
Son novedosas, al menos para mí, las afirmaciones de que en España somos más exigentes que en el resto de Europa, que nuestros alumnos tienen más deberes, más controles y, por último, que nunca han sabido tanto como ahora.

Que el nivel de exigencia ha bajado considerablemente en nuestras aulas, se puede comprobar de forma objetiva viendo los contenidos en un periodo de diez años, por ejemplo. No por bajar los contenidos, como se constata en el informe, se obtienen mejores resultados. También disminuye en la misma proporción el interés y el esfuerzo de algunos alumnos. Por otra parte, es cierto que los chicos de hoy tienen otros conocimientos y habilidades más amplios en determinadas técnicas, en especial, en todo lo relacionado con la comunicación y las nuevas tecnologías. Pero es alarmante la carencia y pobreza que de forma generalizada se tiene en el empleo de la expresión oral y escrita, en conocimientos de cultura general, en ciencias, en historia, etc.

Ante un informe como el último de PISA, no podemos mirar hacia otro lado y persistir en la afirmación de que “vamos bien”, pensando en que por mucho repetirlo se convierta en realidad. Tampoco es bueno buscar un chivo expiatorio a quien colgarle en exclusividad la responsabilidad total de este fracaso. Los gobiernos y las leyes son importantes, pero no totalmente decisorios. Existen otros muchos factores que inciden sobre la enseñanza y sobre la educación y que no quedan exentos de esta complicidad. La sociedad y sus múltiples tentáculos, la familia, los centros, los docentes, las organizaciones de padres, comunidades autonómicas, ayuntamientos, etc. mucho tienen que revisar y asumir en este reparto del fracaso.

Pensemos que el primer paso para cambiar es reconocer que algo va mal. No es una solución adecuada ser pesimista ni optimista por sistema. Que la LOGSE y, previsiblemente, la LOE hayan contribuido a la formación y al avance educativo de nuestros alumnos, lo desmienten todos los informes. Si en este tema no se emplea un ciego forofismo político, sino la cordura que emana de aprender de los errores, siempre se estará en el camino que permita avanzar. No es bueno ser terco justificando lo injustificable y en el ámbito educativo esta técnica puede ser nefasta y para muchos ya no tendrá marcha atrás.

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