NO a la inmersión lingüística como la entienden los nacionalistas. SÍ a la incorporación del castellano como lengua vehicular del sistema educativo catalán

La Ley de Normalización Lingüística, que impone el catalán como lengua propia de Cataluña se aprobó el 18 de abril de 1983. La inmersión lingüística catalana se sitúa al margen de la Constitución y del Estado de Derecho como muestra de la más acérrima irracionalidad: voluntad de incumplir el mandato constitucional y el judicial.

            El nacionalismo extravagante y el frente catalán en defensa de la inmersión, vienen a calificar de agresión la libertad de elegir en qué idioma desean los padres que se enseñe a sus hijos.

            A las sandeces y al histerismo del Sr. Mas se unen el ex Presidente Jordi Pujol que advierte que Cataluña debe prepararse para defenderse en tres frentes: el competencial, el del pacto fiscal y el identitario, sobre todo el lingüístico y la ministra Carme Chacón que cuestiona la decisión del TSJC manifestando que las sentencias judiciales no pueden tener repercusiones que afecten a toda la población.

            Frente a la desobediencia de las autoridades, el Ministerio Fiscal debe defender la legalidad ante los tribunales: es su responsabilidad. La Generalitat debe acatar las sentencias del Tribunal Supremo y cumplir la interlocutoria del TSJ de Cataluña, de fecha 28 de agosto de 2011, que da dos meses a la Generalidad para que adopte cuantas medidas considere para dar al castellano carácter vehicular en la escuela.

            El castellano debe ser tratado como lengua vehicular del sistema educativo. El TC dijo en la sentencia 31/2010 que “el castellano no puede dejar de ser también lengua vehicular y de aprendizaje en la enseñanza”. Por tanto, el catalán es lengua vehicular de la enseñanza en Cataluña pero dentro de un modelo de bilingüismo.

            Señores nacionalistas: menos sandeces, menos amenazas de ruptura, menos insumisiones antiespañolas y menos chulerías. Corrijan el sistema educativo de su comunidad – que no país – que vulnera la Constitución porque se margina al castellano. Entérense de una vez que hay que llegar a un equilibrio sensato entre las dos lenguas que comparten la inmensa mayoría de los catalanes.

Francisco Vírseda García

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