FINLANDIA: DOS SECRETOS DE SU SISTEMA EDUCATIVO

Acabo de leer el magnífico libro, “Basta de historias” de Andrés Oppenheimer, uno de los periodistas más influyentes de Estados Unidos. Combinando entrevistas a distintas personalidades, figuras claves del mundo, trata de dar respuestas a preguntas relacionadas con la educación y la economía, deteniéndose en más de una docena de países de Asia, Oriente Medio, Europa y América, concluyendo con que la llave del acceso de diversos países al primer mundo no la tienen los ministros de economía sino los de educación: el mejor plan para combatir la pobreza.

Así, en resumen, nos detalla dos de los secretos del sistema educativo de Finlandia, un país con 5,3 millones de habitantes, que era hasta hace poco el más pobre de Europa y que hoy figura en los primeros lugares del ranking de competitividad internacional del Foro Económico Mundial, ocupa el primer lugar en los exámenes internacionales PISA, que miden los conocimientos de estudiantes de 15 años en Matemáticas, Ciencias y Lenguaje y es el país con mayor número de investigadores científicos per cápita en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Es cierto que el culto a la austeridad, la modestia, el trabajo y el estudio, son las notas dominantes del carácter finlandés, a pesar de tener una alta tasa de suicidios y un serio problema de alcoholismo.

El excelente nivel de capacitación de los maestros de Primaria, que tienen una “maestría” universitaria con carreras acreditadas en educación para poder enseñar en el primer grado y una licenciatura para ser maestros de jardines de infancia. Uno de cada diez aspirantes a maestro, es admitido en la Escuela de Educación de la Universidad de Helsinki, donde estudian gratuitamente y además reciben una beca del Estado del orden de 450 dólares mensuales para ayudarle a pagar sus gastos de hospedaje y manutención. En Finlandia, como en los demás países de la UE regidos por el sistema de Bolonia, una licenciatura requiere tres años de estudios universitarios y una maestría dos años adicionales.

Los maestros (el 75 por 100 son mujeres) tienen un promedio de 20/22 alumnos por clase. En cada clase hay un maestro titular, un maestro asistente y un maestro especial.

El maestro o maestra titular tiene maestría en la educación y percibe un salario entre 2.500 y 3.000 euros mensuales, un salario equivalente al de otros profesionales y, su profesión goza de un gran prestigio.

El maestro o maestra asistente tiene una licenciatura y su salario es algo inferior. Ayuda a los alumnos que tienen dificultades en entender al maestro titular; se acerca a su mesa y le ayuda sin interrumpir la clase.

Los maestros o maestras especiales son uno de los grandes secretos del sistema educativo finlandés. Son los de mayor experiencia profesional y tienen estudios de postgrado más allá de sus maestrías. Se encargan de dar clases personalizadas y gratuitas a los alumnos que, aún después de recibir la ayuda de los maestros asistentes, siguen sin comprender adecuadamente las explicaciones de las clases y, por tanto, tienen las calificaciones más bajas. El número de clases personalizadas varía según lo que necesiten los estudiantes. Si después de las clases especiales, el alumno sigue teniendo bajas calificaciones, el maestro llama a los padres para elaborar una estrategia común para mejorar su rendimiento en clase. La idea es que ningún niño se quede retrasado, siga en la misma clase con sus mismos compañeros y con el mismo currículo de los demás.

Los alumnos que no obtienen un promedio de 7,5 en séptimo, octavo y noveno grado no pasan al centro de secundaria y deben ir a una escuela vocacional donde estudian profesiones.

Y, para pasar de la escuela secundaria a la Universidad (ambas son gratuitas), el sistema es mucho más selectivo y competitivo, pues se exige que los postulantes superen un riguroso examen de ingreso.

Los salarios de los profesores universitarios se fijan según sus méritos. En general oscilan en torno a 5.700 euros mensuales, más un bono de fin de año que en su conjunto llegan a 100.000 euros/año. Cada tres años los profesores universitarios son evaluados por un plantel de ocho auditores encabezados por un experto internacional y académicos foráneos.

El otro gran secreto del éxito educativo finlandés es Wilma: un programa informático por el cual los maestros finlandeses están en contacto con los padres de los alumnos y, juntos, semanalmente, siguen sus pasos. Los padres, a través de una clave confidencial acceden al programa que les permite seguir el progreso académico y el comportamiento de sus hijos.

En resumen, Finlandia apuesta decididamente por la educación y la Investigación y Desarrollo porque ha entendido que sin poblaciones con altos niveles de educación, es difícil competir en la sociedad del conocimiento, donde los productos de alta tecnología se están cotizando más y más rápido que las materias primas.

En España queremos de una vez por todas, buenos gobiernos que apuesten decididamente por la educación y sus profesionales.

Francisco Vírseda García

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