Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), dados a conocer ahora, son demoledores:
- 4.910.200 desempleados, el 21,29 % de la población activa.
- 2.372 empleos perdidos cada día y 2,4 millones de parados en tres años.
- El número de ocupados descendió en 256.500 personas.
- Los asalariados disminuyeron en 193.400, de los cuales 193.100 tienen contrato indefinido y 54.300 contrato temporal.
- Los ocupados a tiempo completo descienden en 348.400, mientras el empleo parcial aumenta en 91.900 personas.
- Los parados menores de 25 años ascienden a 869.200.
- El desempleo de los jóvenes supera el 50 % en varias comunidades autónomas.
- 1.386.000 familias (el 7 % de las familias españolas) tienen todos sus miembros en paro.
- La inflación se sitúa en el 3,8 por ciento.
- La morosidad de las familias y de las empresas va en aumento.
- La tendencia de empobrecimiento quiebra la confianza de los mercados.
Mientras tanto, la incapacidad del Gobierno es manifiesta. Las medidas que dicen haber tomado con el apoyo de los palmeros sindicales de turno, son totalmente ineficaces. España sigue en paro en lo político y en lo económico.
El maquiavélico Presidente del Gobierno, envuelto en su política de gastos y gestos, de promesas y delirios de grandeza, afirmaba hace tan sólo un año, cuando ya la crisis nos atenazaba, que “con él de Presidente jamás habría en este país recortes sociales y que los trabajadores no iban a perder derechos”.
El intrigante Vicepresidente primero manifestaba tras conocerse los datos de desempleo que “éstos eran malos, malos, malos pero que a partir de ahora se creará empleo, empleo, empleo”.
El incompetente ugetista Ministro de Trabajo, no asume responsabilidad alguna; se limita a decir estupideces como que “la tasa del 21,29 por ciento no es la más alta en términos históricos”· y que “ocho de cada 190 despidos producidos en la crisis se han hecho al amparo de la reforma laboral aprobada por un Gobierno del que formaba parte el líder de la oposición”
Y los palmeros de turno, me refiero a los Secretarios Generales de CCOO y UGT, dicen ahora que “las reformas del mercado de trabajo puestas en marcha por el Gobierno no han creado el clima adecuado ni han generado confianza porque el problema no está en la legislación laboral, sino en la recuperación económica”.
Mientras haya empresas que acumulando beneficios sigan despidiendo a miles de trabajadores; mientras haya parados (que los hay) que prefieran cobrar el paro a trabajar; mientras haya una escandalosa economía sumergida; mientras-en definitiva-no haya confianza, no habrá crecimiento económico y mientras no haya crecimiento económico, no habrá empleo.
Francisco Vírseda García