REFORMA LABORAL: la hora de la verdad

El Acuerdo alcanzado en materia salarial, cláusula de revisión y estructura de la negociación colectiva por CEOE, CEPYME, CCOO y UGT llega en un momento en el que, por sexta vez consecutiva, el paro se dispara, registrándose el pasado mes de enero, un aumento de 177.470 personas, con lo que el número de parados alcanza la cifra de 4.599.829, a los que habría que sumar unos 575.866 demandantes de empleo específico y participantes en cursos de formación.

El pacto suscrito por la moderación salarial recomienda para el año 2012, un incremento salarial del 0,5 por 100; para el 2013, el 0,6 por 100 y, para el año 2014, dependiendo de la marcha de la economía, una banda que va del 0,6 % al 1,5 %.

En cuanto a las cláusulas de revisión ligadas a la inflación, son inoperantes. Sólo funcionarán si la inflación supera el 2 por 100. Si el IPC español supera al de la zona euro la referencia será la inflación de la eurozona. Por tanto es prácticamente imposible que se den las causas que hagan que actúen estas cláusulas de revisión. Son sólo cuestión de imagen.

La estructura de la negociación colectiva, supone que las empresas podrán desligarse del convenio sectorial que las afecte si se reducen sus ingresos, si caen los resultados de ventas o de productividad en el ejercicio o en los próximos 12 meses. La movilidad funcional se reactiva. Si hay razones económicas, técnicas, organizativas y de producción, los trabajadores podrán realizar funciones distintas a las de su grupo, durante 6 meses dentro de un año u 8 meses en dos años.

No he encontrado en ninguna parte del Acuerdo respuesta a estas cuestiones que son las que se hacen la mayoría de los trabajadores y de los jóvenes: ¿Quién medirá la productividad? ¿sólo los empresarios? ¿en las empresas educativas , cómo se hará?¿Cuándo haya amplios beneficios, dónde irán? ¿Dónde están las limitaciones salariales de los directivos y empresarios? ¿Dónde hay alguna medida para reducir ese 48,56 % de paro entre los menores de 25 años?

Los firmantes de este Acuerdo, escasamente representativos de los empleadores y de los empleados:

  • han pactado sacrificios económicos para los trabajadores y dejan la patata caliente al Gobierno: el despido y la contratación; eso sí  con más cara que espalda, advierten que rechazarán una reforma laboral impuesta;
  • son ineficaces porque sus acuerdos no sirven para la competitividad, sólo para blindar sus actuales estructuras negociadoras;
  • han generado descomunales máquinas administrativas con cargo al bolsillo de los ciudadanos. Su poder de convocatoria se reduce cada vez más; de vez en cuando, cuando les interesa políticamente montan algún alboroto callejero, cada vez con menos seguidores.

Es la hora de la verdad. Al Gobierno no le queda otra salida que abordar con urgencia la reforma laboral para detener la sangría del desempleo, aumentar la contratación y las afiliaciones a la Seguridad Social y no poner en riesgo el sistema de pensiones.

El Gobierno no debe olvidar que ante “el azote del paro y el fracaso del diálogo social” – como indicaba en la página 2 de este blog – por encima de intereses partidistas están los intereses generales de los ciudadanos y estos demandan:

  • Ejemplaridad en la gestión de los recursos públicos.
  • Austeridad en el gasto. Presupuestos públicos rigurosos y controlados.
  • Reorientar las políticas económicas para generar empleo estable.
  • Reforzar el sistema de protección social (Sanidad, Educación y Pensiones)
  • Combatir la desigualdad.
  • Perseguir el fraude y acabar con la especulación de tantos sinvergüenzas y corruptos que se lamentan de los problemas pero que, al margen de ellos, se enriquecen y cometen fraudes a cuenta de los contribuyentes.Acabar con la jungla contractual
  • Convencer a las empresas de que también deben recortar sus legítimas aspiraciones al reparto de una parte de sus beneficios para reinvertirlos en creación de empleo.
  • Crear y desarrollar nuevos modelos productivos.
  • Controlar los precios de los productos básicos.

Pido al Gobierno decisión, firmeza, solidez, coherencia y voluntad política para esta necesaria y urgente reforma laboral.

Francisco Vírseda García

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