LA ESCUELA QUE NECESITAMOS

  • Una escuela al servicio de la educación y de las familias, como respuesta social al derecho que tiene toda persona a la educación que complemente la acción educativa de la familia.
  • Una escuela donde la acción educativa tenga como objetivos prioritarios el desarrollo de todas las capacidades del educando, formándole en el respeto a los derechos y libertades fundamentales y preparándole para participar activa y críticamente en la vida social y cultural.
  • Una escuela que, desde el sosiego necesario, promueva la educación para la libertad y fomente el respeto a la libertad de los demás, manifestando la aceptación el pluralismo en el ejercicio de las libertades democráticas y educando a los alumnos y alumnas para la solidaridad entre los hombres y los pueblos, abiertos a otras culturas, hacia una fraternidad universal.
  • Una escuela que ofrezca el clima de reposo que permita a los alumnos madurar y tomar decisiones desde la reflexión.
  • Una escuela libre, en definitiva, que no sea utilizada como instrumento de poder o lugar de adoctrinamiento.
  • La educación es una responsabilidad compartida que tiene un componente estable que es contribuir a la mejora y perfeccionamiento de las personas.
  • En la educación se transmiten y ejercitan valores orientados a respetar los deberes y derechos fundamentales y a hacer la vida en sociedad lo mejor posible.
  • Pero las personas vivimos en ambientes diversos y tenemos que enfrentarnos a problemas diarios (conflictos, desigualdades, injusticias) en una sociedad de cambios rápidos donde la familia debe seguir siendo un núcleo básico estable.
  • Por todo ello, la escuela que necesitamos debe ser:
  • Una escuela en la que las personas crezcan conjuntamente, avancen hacia si mismas y ganen en libertad.
  • Una escuela que imparta una formación completa, que se oriente más hacia el autoaprendizaje que a la transmisión del saber académico.
  • Una escuela que imparta una formación suficiente:
    • que permita dar respuesta adecuada a los problemas;
    • para pensar;
    • para identificar la información;
    • para seleccionar, con espíritu crítico, lo relevante;
    • para fijarse metas adecuadas;
    • que permita el reconocimiento del esfuerzo.
    • Una educación que imparta una formación de calidad.

No hay la menor posibilidad de afianzar cualquier nueva dimensión del proceso educativo, si todas las partes implicadas no están preparadas para realizarlo.

Y, el profesorado, como agente fundamental de la educación de sus alumnos, en colaboración con los padres, ha de ser objeto de una atención preferente por parte de las Administraciones educativas, de las organizaciones empresariales y de la sociedad.

La escuela es un lugar privilegiado de integración y construcción social, por lo que debe crear actitudes favorables hacia una convivencia en paz y en armonía, enseñando a valorar la riqueza que aporta la diversidad, a la hora e convivir libre, pacífica y solidariamente, en una sociedad plural desde el punto de vista étnico, cultural y religioso. En este sentido el respeto mutuo debe ser un valor irrenunciable.

Francisco Vírseda García

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