Un centro educativo, como elemento perteneciente a la sociedad en la que viven y a la que prestan un servicio, es una sociedad estructurada, porque tiene los mismos elementos de una sociedad formal: unos fines, unos recursos, una organización y unas relaciones. Por eso, en un centro educativo, son necesarios los conceptos de participación, de comunicación y de relación.
El principio de participación.-
Es un mandato constitucional (art. 27 CE) y es un elemento clave en el proceso educativo. De la participación hay que erradicar las causas que pueden generar problemas. Destaco:
– las que ocasionan los caracteres singulares;
– las que producen los que participan con “otras” finalidades;
– las que originan los que participan de una manera mecánica;
– las que general los que participan cuando les conviene;
– las que ocasionan los que no participan e, incluso, incitan a ello.
El principio de la comunicación.-
Porque sin ella no hay participación posible. Y para que la comunicación sea eficaz son necesarias tres cosas: tener algo que decir, conocer a quien se dice y saber cómo decirlo.
El principio de la relación.-
Porque sin una relación fluida entre los diversos sectores del centro, no hay comunicación fluida ni coparticipación. Las relaciones son internas y externa.
Las relaciones internas son las que se producen en el seno de la Comunidad. Estas relaciones:
a) Son multidireccionales.
b) Tienen, a veces, factores de desequilibrio:
profesores alumnos
titulares profesores
directivos padres
padres hijos
c) Su influencia es decisiva en el producto terminal del centro.
En cuanto a las relaciones del profesorado, tanto individual como colectivamente, se dan con todos los miembros de la Comunidad:
- Con el titular, por sus relaciones contractuales en el orden laboral y con una dependencia orgánica. La lealtad y la honestidad deben presidir esta relación.
- Con el equipo directivo, porque dependen de él en el orden funcional.
- Con el personal de administración y servicios, como miembros de una misma organización estructural.
- Con los alumnos, por la relación inherente al proceso de enseñanza/aprendizaje/educación y la específica de orientación y tutela en el caso de los tutores.
- Con los padres, la relación derivada del nexo común (alumnos-hijos) que, como en el caso de los alumnos, será más acentuada en el caso de los tutores.
Las relaciones externas son las que mantiene el centro con personas, entidades e instituciones que están fuera del mismo.
Estas relaciones son de naturaleza muy diversa, tienen mayor influencia en la imagen externa del centro y pueden servir para introducir elementos enriquecedores en ciertos aspectos del Proyecto Curricular.
En el capítulo de las relaciones, hay que meterse en la jaula donde juegas a la participación, siendo muy importante para un centro educativo la imagen que proyecta, la idea que la sociedad tiene de él.
Los efectos de proyectar una buena imagen, la condición más importante es la calidad educativa que ofrece el centro, pero junto a ello son fundamentales las redes de comunicación que se tengan y la información que se ofrezca.
Hoy los centros no pueden vivir aislados; al contrario, deben vivir incardinándose cada vez más en la sociedad que les rodea, de la que, por un lado se nutren y, por otro, a la que sirven.
Las relaciones con las Administraciones deben ser amplias y afectivas, debiéndose establecer interacciones beneficiosas para ambas partes, exigiendo a los Ayuntamientos, a las Corporaciones locales, etc. la igualdad de trato para todo tipo de centros (de titularidad pública y de iniciativa social).
Es conveniente que el centro mantenga relaciones con otras instituciones siempre que sirvan a los fines educativos y no atenten a la deontología profesional.
Y las relaciones con otros centros educativos son deseables y pueden ser muy positivas (aspectos culturales y educativo) si se contemplan desde el prisma de la colaboración y no desde la rivalidad.
Francisco Vírseda García
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