El presidente del Gobierno ha descubierto ahora el fracaso de nuestro sistema educativo, después de los informes demoledores de PISA y de la OCDE, hace ya mes y medio.
Ha propuesto un plan de choque para acabar con el elevado déficit en Matemáticas y Lectura de nuestros alumnos, dotado con 500 millones de euros para los próximos cuatro años. De nada servirán estos recursos si no se acaba con la falta de esfuerzo, con la complacencia y con la falta de rigor.
La medida se presentará el jueves 25 de enero en el Consejo Escolar del Estado y afectará a más de cuatro millones de alumnos: los que cursan tercer curso de Primaria hasta el final de la Enseñanza Secundaria Obligatoria.
Las claves serán:
- Un desdoblamiento de las aulas en horario lectivo, lo que permitirá bajar la ratio de alumnos por clase.
- La incorporación del profesorado de refuerzo para dar una atención específica a los alumnos con dificultades en Lectura y Matemáticas, fuera del horario lectivo.
- Un plan de formación del profesorado.
Este plan deberá aprobarse con los Presupuestos Generales del Estado y entrará en vigor el próximo curso.
A la vista de estas medidas, hacemos una llamada a los que consideran la enseñanza como algo privativo, para que dejen de obstaculizar y coaccionar a la enseñanza de iniciativa social y de establecer el igualitarismo para todos, del que emana la comprensividad, para que todos los alumnos estén sometidos hasta el fin de la enseñanza obligatoria a una rigidez educativa.
Es necesario adaptar la pedagogía a las exigencias de la diversidad, tanto en los aspectos cognitivos como afectivos y sociales. La pedagogía diferencial debe ser el medio para hacer compatibles la unidad con la diversidad, a base de una diferenciación tanto de los contenidos como en la metodología dentro de cada centro y/o cada aula.
La adquisición de hábitos como el esfuerzo, el trabajo y la valoración de lo bien hecho, son esenciales en la tarea educativa.