DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

abPor Joaquín Moreno Cejuela

 Ojalá nunca fuera necesario celebrar un día reivindicativo como este, ni contra el cáncer, contra la pobreza, contra la guerra…Lo que supondría que estas desigualdades y miserias habrían desaparecido. Lamentablemente, hoy se debe denunciar, en algunas sociedades, un trato discriminatorio  en aspectos concretos hacia la mujer.

            Esta denuncia se puede hacer desde todos los ámbitos: en los medios de comunicación, en el trabajo y también en la calle. Lo importante es que la sociedad despierte, restituya y devuelva a la mujer el estatus y respeto que le corresponde y nunca debió perder. El problema hay que valorarlo en sentido amplio, exigiéndolo en todas las culturas y civilizaciones, aunque en el entorno más próximo esté superado.

            La mujer tiene sobrados motivos para denunciar y defenderse de la discriminación a la que, a veces, se ve sometida. Lo más notorio, en nuestro entorno, es la penalización salarial derivada de la maternidad, la violencia machista, el comercio vejatorio y explotador. Por todo ello, se debe alzar la voz y exigir pasar de las palabras a los hechos en todos los ámbitos de la sociedad, a la vez que se regulan leyes justas e integradoras.

            Algunas propuestas carecen de consistencia argumental. Una de ellas es la paridad de género en los cargos directivos o de representación social. Muchas mujeres ya se han manifestado en este sentido, exigiendo tener las mismas oportunidades para desempeñar unos puestos de responsabilidad por su valía y preparación y no por llenar un cupo que, por decreto, debe ser igualitario numéricamente. Flaco favor se les hace.

            Existe un afán por retorcer el lenguaje y feminizar las palabras, aunque resulte un discurso tedioso para el oyente y para el lector. Es un atropello al diccionario y a la corrección lingüística.  Un vocablo comprensivo, que valga indistintamente, para el hombre y la mujer, el niño y la niña, es más igualitario y más fluido. Lamentablemente, desde los organismos oficiales no se han atrevido a corregir esta insana corriente y, acomplejados, han promulgado leyes y dan discursos carentes de toda corrección lingüística. Es una manía torpe que nace de la ignorancia. El feminismo es algo más serio.

            La defensa y promoción del derecho a la igualdad entre humanos, no es patrimonio de ningún sindicato ni asociación política. Estas organizaciones interesadas, se apresuran a empuñar las banderas de la causa feminista como si fueran los inventores y propulsores originarios. Ellos son los que tienen en sus manos el ser parte de la solución, empezando por la estructura de sus propios organismos y luego, promulgando leyes que promuevan y protejan los derechos que hoy dicen amparar.

            El feminismo mal entendido, promueve un ataque al hombre por el hecho de serlo. Hoy es una jornada de felicitación, de exigencia y compromiso. Felicitación a las mujeres por ser un eje fundamental en el entramado social, a pesar de las trabas que la propia sociedad les impone. Exigencia y compromiso para promocionar un mundo donde hombre y mujer convivan en igualdad desde el respeto, la tolerancia y la complementariedad. Donde puedan mirarse limpiamente a los ojos sin el reproche que, en un día como hoy, nos avergüenza.

Joaquín Moreno Cejuela

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